Nada de lo que hacemos en nuestras vidas obedece solo a la casualidad, ninguna de nuestras acciones o planes corresponde al azar, digo que el impulso que nos motiva para alcanzar ciertos objetivos en nuestra vida, tiene un propulsor claro y definido.
Me quiero referir a los proyectos o planes personales, esas metas que nos hemos determinado y que trabajamos duramente para alcanzar, es que de alguna u otra manera el ser humano sin sueños y motivaciones no puede desarrollarse sanamente, la ausencia de sueños o proyectos quizás sea el síntoma de que algo no está funcionando bien.
Algunos trabajan duramente, impulsados por buenos deseos de superación personal en la vida, buscando una estabilidad económica, personal o familiar, quizás el alcanzar metas puntuales en este aspecto, hace que cada mañana el objetivo sea levantarse e invertir muchas horas de trabajo y sacrificio.
Otros enfocando la totalidad de su tiempo en alcanzar un titulo que los distinga del resto, y preparándolos de la mejor manera para luchar por nuevos desafíos a los que la vida nos va encaminando.
Quizás otros no tengan este tipo de motivaciones que solo trabajen para poder hacer como dice un viejo y conocido refrán “vivir la buena vida”, digo que invierten horas en sus trabajos y vidas solo para poder llegar al fin de semana y tener lo suficiente para que les permita vivir una vida placenteras.
Están también los que movidos por los de los sentimientos, proyectan y planean sus vidas en virtud de encontrar su par que los contenga y en definitiva los ame.
Y de esta manera podría contar muchos otros tipos de situaciones.
Lejos estoy de emitir un juicio sobre cada uno de estos ejemplos, ya que en la mayoría de los casos esos planes o proyectos tienen una motivación más que digna. A lo que me quiero referir es que nada de lo que hacemos es solo porque si, cada una de nuestras acciones tiene un motor que los mueve, nos embarcamos en actividades que absorben todo nuestro tiempo, y hacemos de nuestra vida un paquete de actividades buenas algunas y otras no tanto.
El tiempo corre acorde a su curso, y a lo largo de nuestra vida alcancemos muchos de nuestros sueños, metas u objetivos, o quizás no. Pero más allá de lo que muchos medimos muy pobremente como éxito o fracaso, hoy más nunca me gustaría recordar estas palabras:
“PARA EMPEZAR UN GRAN PROYECTO, HACE FALTA VALENTÍA. PARA TERMINAL UN GRAN PROYECTO, HACE FALTA PERSEVERACIA"
FDO: JJVM
Me quiero referir a los proyectos o planes personales, esas metas que nos hemos determinado y que trabajamos duramente para alcanzar, es que de alguna u otra manera el ser humano sin sueños y motivaciones no puede desarrollarse sanamente, la ausencia de sueños o proyectos quizás sea el síntoma de que algo no está funcionando bien.
Algunos trabajan duramente, impulsados por buenos deseos de superación personal en la vida, buscando una estabilidad económica, personal o familiar, quizás el alcanzar metas puntuales en este aspecto, hace que cada mañana el objetivo sea levantarse e invertir muchas horas de trabajo y sacrificio.
Otros enfocando la totalidad de su tiempo en alcanzar un titulo que los distinga del resto, y preparándolos de la mejor manera para luchar por nuevos desafíos a los que la vida nos va encaminando.
Quizás otros no tengan este tipo de motivaciones que solo trabajen para poder hacer como dice un viejo y conocido refrán “vivir la buena vida”, digo que invierten horas en sus trabajos y vidas solo para poder llegar al fin de semana y tener lo suficiente para que les permita vivir una vida placenteras.
Están también los que movidos por los de los sentimientos, proyectan y planean sus vidas en virtud de encontrar su par que los contenga y en definitiva los ame.
Y de esta manera podría contar muchos otros tipos de situaciones.
Lejos estoy de emitir un juicio sobre cada uno de estos ejemplos, ya que en la mayoría de los casos esos planes o proyectos tienen una motivación más que digna. A lo que me quiero referir es que nada de lo que hacemos es solo porque si, cada una de nuestras acciones tiene un motor que los mueve, nos embarcamos en actividades que absorben todo nuestro tiempo, y hacemos de nuestra vida un paquete de actividades buenas algunas y otras no tanto.
El tiempo corre acorde a su curso, y a lo largo de nuestra vida alcancemos muchos de nuestros sueños, metas u objetivos, o quizás no. Pero más allá de lo que muchos medimos muy pobremente como éxito o fracaso, hoy más nunca me gustaría recordar estas palabras:
“PARA EMPEZAR UN GRAN PROYECTO, HACE FALTA VALENTÍA. PARA TERMINAL UN GRAN PROYECTO, HACE FALTA PERSEVERACIA"
FDO: JJVM